Algunos políticos, están pidiendo a voces, escenarios para purificar sus errores. ¿A qué precio?: al que haga falta. Los señores Zapatero y Sarkozy (entre otros), han encontrado protagonismo para compensar posibles errores cometidos en sus respectivos países. No me digan, que aunque el tema es escabroso (estoy hablando de inmiscuirse en una guerra, donde mueren seres humanos), ellos tienen estómago para aguantar carros y carretas y van, y se hacen un hueco internacional. Aquí, nos subimos al tren que nos retroalimenta el protagonismo y la popularidad, (porque es de ley en política). Primero fue José María Aznar con la guerra de Irak a pesar de que las causas del ataque, nunca se pudieron justificar; a nosotros, Al Qaeda (Osama Bin Laden) sí nos ajustó las cuentas, con las horribles muertes de los atentados de los trenes de cercanías en Atocha y otras estaciones. Ahora, el señor Zapatero, desde no se sabe qué postura justiciera, nos da una lección magistral de cuándo y porqué hay que aplicar las armas contra señores y culturas obsolet@s. El trasfondo de estas veleidades ya los conocemos; lo que no sabemos es, si los datos y criterios existentes serán tan ecuánimes como en ocasiones anteriores. A los habitantes de los países que intervienen en estos conflictos, solo nos queda saber si estas actuaciones bélicas acabarán con el problema considerado tan grave, o si lo considerado tan grave, será nuestro problema.
Publicado en La Tribuna de Albacete 27-03-2011
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