Diseñar animales para luego darles muerte en la plaza, no sé porqué, me recuerda a otro tipo de corridas que hoy están sucediendo en alguna que otra piel de toro. Nos rasgamos las vestiduras por la muerte violenta de animales que, bajo un estricto protocolo de razas y castas, son cebados, mimados y criados para posteriormente observar su muerte. La conjunción de este enfrentamiento (moderado por normas taurinas) dicen que puede producir una ‘conjunción estelar’, al estilo de la alineación entre planetas. Se sabe que el arte (entre otras acepciones) es el conjunto de preceptos y reglas necesarias para hacer algo bien.
Hay otra fiesta nacional, menos artística y bastante más legalizada, que viene a ser muy parecida a esa otra, y que hoy se nos vende más sensibilizada en pro de nuestros derechos, calidad de vida y no sé qué más.
Pueden acabar con las corridas de toros, pero no por ello acabarán con esas otras corridas, en donde las personas son toreadas, picadas, banderilleadas y muertas de hambre; gracias a los recortes de la autoridad competente. Aquí, en la conjunción de estrellas coinciden los bancos y los administradores del estado, dilapidando a la limón los dineros de los ciudadanos. Ah, y a nosotros no nos ceban ni nos miman; todo lo contrario, nos engañan y nos exprimen al máximo para luego enjugar todas sus ignominias.
Queda claro que, las corridas donde se avergüenza y se confunde a personas y animales sobran.