Se me encoge el alma y el corazón cuando pienso en la tragedia de estas familias. Además, le pido a mis neuronas que paren por un momento para no tener que almacenar en la memoria este crimen absurdo y sin sentido. Por más coherencia que quiera expresar en esta exposición, no la tiene ni su comentario. Por lo tanto, aunque la Nasa ‘desmonte’ el mito del fin del mundo por estas fechas, parte de él ha llegado al estado de Connecticut (EE. UU.) y con peores consecuencias morales que el impacto de cualquier objeto espacial. El asesinato de 20 niños inocentes y seis adultos, cometido en un colegio de primaria en la localidad de Newtown, supera con creces al guion de cualquier película terrorífica. Como individuo de este mundo (además de padre), me avergüenzo de la raza humana, y así lo quiero expresar con toda mi rabia e impotencia.
¡Pobres padres y madres! ¡Qué irracional y desgarradora situación! ¡Cuánta pena!
Solamente me viene una cosa a la cabeza, esa fecha tan temida y cada vez más cercana que, daría solución a la intoxicación presente en la humanidad, el poder de fastidiarnos.Vivimos en el mundo pero no sabemos vivir.No nos facilitamos la vida los unos a los otros.Hace poco leí en una revista de psicología que la sociedad actual incentivaba a los psicópatas.El desequilibrio mental es el arma más dañina que pueda afectar a la sociedad a nivel mundial.