No usaré datos estadísticos por la obviedad aplastante del caso. En España se debate sobre cualquier tema en el bar. Entre otras cosas, por haber más que oficinas gratuitas de atención al ciudadano. Poner sobre la barra del bar, soluciones sobre temas variopintos, además de alguna que otra cerveza o chato de vino, es el deporte nacional de los españolitos. De tal manera que, poder filosofar sobre lo divino o lo humano, sin necesidad de doctorados, crea la adicción a este relajado deporte. Todos los parroquianos, son capaces de demostrar capacidades filosóficas y resolutivas que entre sus propios familiares o vecinos ni se imaginan. Y es que claro, si se tienen en cuenta el número de bares per capita en España; la desinhibición que produce el consumo de alcohol en buena compañía y los subidones de otra índole, ni el Congreso de los Diputados, los Tribunales de Justicia (incluido el de Rota)… se pueden equiparar con sus decretos o autos con aquellos que en el bar se legislan o se consensúan, por las bravas. El bar une sus destinos; lo que ocurre es que, al llegar a casa, todo el ardor del debate queda en agua de borrajas. Lo siguiente es dormir la mona. Y contra la resaca vespertina se puede aprovechar la máxima: “Amanece, que no es poco” título de la galardonada película de mi paisano, José Luis Cuerda.
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Publicaciones:
La Nueva España-Diario de Asturias 16-05-2014
http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/16260/bares-agua-borrajas.html
La Tribuna de Albacete 18-05-2014
Edición impresa
El Norte de Castilla 22-05-2014
Edición impresa de Valladolid, Salamanca, Segovia y Palencia.