¿Y si nuestra función principal en el universo se tratase (única y exclusivamente) la de emitir una simple señal? Sí. Como se emiten las ondas desde cualquier estación terrestre de radio. La emisión individual de nuestras ondas cerebrales iría a parar (entre átomos y moléculas) al invisible conducto principal preestablecido. A la velocidad de la luz buscarían la imaginaria ‘Estación Principal’ convertidas en ese código omnímodo que nos mantiene adheridos a esta ignota misión.
Todas esas señales, generarían los algoritmos constructores de esas otras dimensiones, con la que sueñan nuestros científicos.
El control necesario para mantener el acoplamiento de toda esta información se tomaría desde esa plataforma espacial imaginaria que podría abarcar la dimensión de una gran galaxia, por ejemplo. Nuestra función existencial quedaría limitada a la emisión de señales, como la red wifi que instalamos en casa.
Esta historia de ficción (sin ninguna intención de perturbarles) podríamos considerarla una perspicaz manera de capear estos tiempos aburridamente monótonos, donde mirarse el ombligo es moneda común.
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Publicaciones:
Sucinta historia de ficción ( El Periódico Extremadura – 08/08/2016 )
El Correo 10-08-2016
Edición impresa de Vizcaya, Álava, Costa, Duranguesado, Guipúzcoa, La Rioja, Margen Derecha, Margen Izquierda, Miranda de Ebro y Nervión-Ibaizabal
La Nueva España 09-08-2016 Oviedo
http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/24286/sucinta-historia-ficcion.html
Diario Palentino 10-08-2016 Palencia
Edición impresa
El Periódico de Catalunya 14-08-2016 Barcelona
http://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/una-historia-ciencia-ficcion-82084
La Nueva Crónica 15-08-2016 León
Edición digital e impresa del día 15-08-2016
http://www.lanuevacronica.com/blogging
La Tribuna de Albacete 17-08-2016
Edición impresa