Hoy, 20 de noviembre, día de elecciones generales en nuestro país, se moviliza a millones de personas con el propósito de ejercer su derecho al voto, en un sufragio que le han llamado universal.
Por las calles de las ciudades deambulan miles de familias, donde los abuelos, padres y nietos, con decisión, se dirigen a los colegios electorales, con la idea inequívoca de convertir en realidad ese pensamiento racional, que con su derecho a voto se sintetiza.
En teoría, todo esto suena bastante bien, apetecible, grandioso; dentro de un contexto de libertad envidiable. La pena es que, en su aplicación, van apareciendo lagunas que lo convierten en utopía.
Esas lagunas residen en la actual ley electoral, que parece haberse quedado obsoleta. No parece ir al ritmo de lo que una democracia justa se merece. No puede dejar de considerarse una abstención de 8 a 9 millones de personas, sin hacer un análisis exhaustivo de esa franja electoral tan numerosa y con tanta importancia. Es sólo un ejemplo, hay más.
Dado el proceso democrático en nuestro país, donde ha quedado expuesto de una forma evidente que, nuestra libertad sólo se supone, exigimos que, si el pueblo decide una mayoría absoluta, ésta, sea aplicada desde una nueva ley electoral más participativa y justa.
Publicado en el periódico digital de La Voz de Galicia 20-11-2011
http://www.lavozdegalicia.es/opinion/index.htm
Publicado también en su edición digital del día 21-11-2011
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