¡Cuánto amor puede generar una persona buena! Que se entrega cada día a los demás sin recibir un ápice de este. Sé que están ahí, cerca de nosotros. Que todavía creen en el prójimo, y que lo dan todo por amor. Pero hay un problema. Ser bueno en esta sociedad les puede encasillar dentro de un halo de estupidez. Cuántas veces oímos decir «Una persona así no está preparada para la vida moderna».Totalmente falso. Son personas que muy sutilmente se convierten en la piedra filosofal de nuestras vidas tan vacías. Con el lema «Poco es mucho», estas personas ayudan a los que, por el contrario, se abrazan al «˚Mucho es poco», en un mundo desequilibrado por el ansia de poseer lo contante y lo sonante.
Una de estas personas virtuosas me decía que ese mundo tan maravilloso en el que cree todavía está por descubrir, y que aún llegará el día (en el mundo real) en que poder disfrutarlo, en un idílico paraíso virgen, al lado de sus seres queridos. Principalmente, con esa persona tan amada, con la que ha perpetuado la fidelidad y la especie.