Mientras las galaxias se expanden, las bondades humanas se contraen. No está de moda ser bueno. Tampoco ser aventajado en esta sociedad debería estar reñido con desearle el bien a los demás, e incluso proporcionárselo. Da la impresión de lo contrario. Ya pasaron aquellos tiempos imborrables, más humildes, en los que no mediaban esos intereses efímeros que hoy imperan, cuyo contenido, aunque anónimamente repartido en sobres, tan solo son oscuros billetes de curso legal, que compran miserablemente la honestidad de las conciencias de sus destinatarios.
La transición hacia la libertad de un país también presenta sus inconvenientes, como ha quedado demostrado en España por la dudosa praxis realizada en su gobernabilidad, sin apreciaciones «daltonianas» de por medio.
Si apostamos por la transparencia del Estado, olvídense de sus propios intereses, ya que, como siempre, los excesos empachan y son difíciles de digerir. Con ello, los sentimientos humanos más razonables tendrían más probabilidades de florecer.
Por cierto, los excesos de celo para controlar al que controla también pueden llegar a empachar.
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PUBLICACIONES:
La Nueva España-Diario de Asturias 21-02-2013
http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/12718/excesos-empachan.html
La Verdad de Albacete 23-02-2013
http://www.laverdad.es/albacete/prensa/20130223/opinion/excesos-empachan-20130223.html
La Tribuna de Albacete 23-02-2013
Edición impresa
Diario Palentino 23-02-2013
Edición impresa
El Norte de Castilla 25-02-2013
Edición impresa de Valladolid, Segovia y Palencia
Aquí le titulan ‘Excesos’