Sucedió cuanto tocaba, como suceden los aconteceres que no controlamos, en el momento más oportuno. No era la primera vez que me sucedía, pero dadas las circunstancias del caos que nos mantenía confinados en casa tuve tiempo suficiente para observar que los calcetines que me puse aquella mañana no eran del mismo color. Fue entonces cuando me paré a pensar que mi vida dependía del protocolo de un absurdo ordenamiento banal. Cómo fueron a parar esos calcetines (de distinto color) al cajón no viene al caso ahora, porque daría para otra historia, pero podríamos deducir que el caos se nutre de caos.

Tras cuarenta y tantos días que llevábamos confinados en casa por la pandemia mundial del COVID-19, entendí de la importancia de lo que no importa: me dio tiempo a desclasificar todo aquello que era inservible para intentar llevar una vida más plena. ¿De qué valía ese porcentaje tan elevado de pensamientos y acciones que están inmersos en esa trama social, inerte e inocua, en la que nos movemos?
La máxima de esta pequeña historia vendría a decirnos que el fin primordial en la vida es el ser y no el parecer. Qué más da el color del calcetín sí sólo pareces pero no eres.
______________________________________________________________
Publicaciones:
La Región / Orense 30-04-2020 / Prensa digital e impresa
La Nueva España / Diario de Asturias / Oviedo 30-04-2020 Prensa digital
https://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/39008/importancia-importante.html
La Tribuna de Albacete 01-05-2020 Albacete
Edición digital (de pago) e impresa
El Periódico 02/05/2020 / Barcelona/ Edición digital