Ante todo, deseo que Severiano Ballesteros esté en el campo de golf que siempre soñó. Estoy seguro de que si no está, estará de camino.
Severiano fue un hombre con una entereza encomiable, tanto en los campos de golf, como lidiando su gravísima enfermedad. Esa actitud ante la vida le hizo grande. Un hombre humilde que escaló cimas muy altas, esa condición fue la que le mantuvo con los pies en la tierra, nunca se creyó más que nadie. Alcanzó la posición social deseada por cualquier competidor, pudiendo instalarse en esa élite, pero no, apostó por la empatía con los demás, colocando los valores materiales en el sitio que les corresponde. Relataba en algunas de las cartas que dirigió a distintos periódicos: “que nunca se iba a rendir”; igual que no lo hizo en su deporte favorito, tampoco ante la enfermedad. Se nos ha ido un ser humano que apostaba por el esfuerzo; por aplicar sus hazañas en el golf a la vida real (pues así lo decía), y de esta forma convertirse en un hombre muy peculiar en sus disciplinas. Su filosofía era: creer en uno mismo. Descanse en paz
Publicado en el periódico La Verdad de Albacete 16-05-2011
http://www.laverdad.es/albacete/prensa/20110516/opinion/severiano-gran-hombre-20110516.html
Publicado en el periódico La Tribuna de Albacete 17-05-2011