Por respeto a mis hijos, he decidido votar en blanco. Nosotros, los padres de todos estos jóvenes que hoy se manifiestan en las plazas de las ciudades, confiábamos en nuestros políticos. Acudíamos a las votaciones electorales, plenamente convencidos de estar haciendo lo correcto, pensando en el futuro de nuestros hijos. Pasamos de una España oscura, a un amanecer esperanzador. Esta nuestra democracia, ha demostrado no tener el suficiente ‘cuajo’ para defender los derechos y las libertades de los ciudadanos, que un día, enarbolando la bandera del cambio, decidimos, unidos con el gobierno democráticamente elegido, luchar por el venidero bienestar que con este esfuerzo iríamos alcanzando. Esto fue convirtiéndose en utopía.
Los partidos políticos se han dedicado a obtener el poder , y una vez en él, sin entender las consecuencias de sus actuaciones, luchar en esos estratos inicuos para el desarrollo de la verdadera democracia. Han perdido el tiempo, demostrándose a ellos mismos sus habilidades en la vanidad de vanidades, simplemente.
El futuro de nuestros hijos está tan oscuro, como la España oscura que dejamos. Por todo esto, y por el esfuerzo que costó la integración en los países libres, me niego a seguir apoyando este sistema, el cual ha demostrado hacer aguas por muchas partes. Me uno a los jóvenes que el día 15 de mayo decidieron unirse, para luchar por todo aquello que sus padres tuvieron que sufrir pensando en construir una convivencia justa y equilibrada.
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