Es probable que la concentración pacífica en la Plaza de Cataluña, como en la Puerta del Sol se esté indigestando a las autoridades. Ya no saben cómo desalojarlos y argumentan problemas de insalubridad (a todas luces incierto), o ruina en los comercios aledaños, por la ocupación de accesos a sus establecimientos (no es así como lo relatan, quienes allí se manifiestan). En Barcelona, también se argumenta con el hecho de preparar dicha plaza, para la teórica celebración del triunfo de su equipo en la Copa de Europa. Vamos, que desalojamos a jóvenes que reivindican pacíficamente sus inquietudes democráticas, para dejar paso al probable ‘macrobotellón’ que organizaran los hinchas blaugranas.
Este movimiento de protesta, está haciendo herida en las altas esferas gubernamentales. Deberían pensar mejor sus argumentos a la hora de tomar medidas tan impopulares para el desalojo de una manifestación, que es fiel reflejo del desacuerdo en el desarrollo de esta democracia poco consolidada, que hace aguas y que está repercutiendo en el futuro de estos jóvenes manifestantes.
Quizás esa contundencia policial utilizada en el desalojo de Plaza de Cataluña y alguna otra ciudad catalana, deberían aplicarla de igual manera cuando se irrumpe en la economía de un país, hasta dejarla bajo mínimos.
Instituciones con peso específico en la economía mundial, nos auguran al menos 15 años o más para volver a niveles de empleo de los de antes de la crisis.
Publicado en el periódico La Verdad de Albacete 29-05-2011