Las palabras se las lleva el viento. Tres encapuchados en nombre de ETA anuncian, en un lenguaje más frío que el hielo, que su organización está dispuesta a partir de ahora a ‘no matar por matar’, sino que quieren poner encima de la mesa, junto con los gobiernos de Francia y España que, ellos al proponer la desaparición como grupo paramilitar, necesitan el reconocimiento oficial de estos países con algún tipo de documento que diga: “que son ellos los que dan el primer paso para proponer la paz”, y que la contabilidad de las personas que fueron asesinadas (eso sí, en un contexto acorde a sus principios), se regularice con las cuentas a cero.
Estamos acostumbrados a los comunicados de ETA. La credibilidad de personas que no dan la cara, y que nunca cumplieron esos falsos comunicados, no puede llegar a emocionarnos pensando en el fin de la banda.
“Obras son amores y no buenas razones”. El refranero popular siempre acierta. Mientras que las personas que componen la banda terrorista no se entreguen, ellos y el arsenal de armas de que disponen, malamente podemos pensar que esto ya ha terminado.
El primer comunicado que deberían hacer, para ser condescendientes con las personas asesinadas injustamente, sería reconocer la inutilidad de sus muertes.
Si hacen un balance con la sinceridad por delante, comprobaran que, de los años que han estado en la ‘lucha’, sólo ha habido muertes inútiles, que no han mejorado para nada sus difuminadas ideas político-militares.
Nada que decir del momento coyuntural de los comicios. Si ETA desapareciera, el mundo entero respiraría un aire más fresco; pero los familiares de las víctimas lo respirarían más puro.
Publicado en el Diario Bahía de Cádiz 22-10-2011
http://www.diariobahiadecadiz.com/cartas-director
Publicado por el periódico La Nueva España de Oviedo 25-10-2011
http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/8536/palabras.html
Publicado en el periódico La Tribuna de Albacete 26-10-2011